Ella, pertenece a un mundo que no puedes tocar, un mundo en el que sólo existen unas conjunciones de vocales y consonantes, en los que tu le pones un tono de voz cuándo lees en voz alta, un sentimiento ó quizás la misma sonrisa que en ese momento luce en su boca y la haces tuya. Cuántas son las veces que se muerde los labios y que tú has replicado sus gestos señalandole que está haciéndolo inconscientemente... ¡Cuántas?.
¿Que sentirías con el contacto de tus manos sobre su piel...?. Pues realmente, le gustaría entrar en tus pensamientos y saber que sentirías. Apuesta que te temblaría el pulso y te reirías, con esa sonrisa que tanto te caracteriza. Unos segundos más tarde, con los propios nervios dirías.... ¡ya está!, ala!.
Cuándo se aleje de tí, acabarías reconociendo el aroma de su piel, que se quedará colgando de tus dedos.
Ella es virtual en esos momentos en los que no esta cerca de tí, en los que no puedes mirarle a los ojos, ni oír su risa. En los mismos momentos en los que al decirle adiós, no puedes cogerla de las manos mientras te alejas y vuelves al mundo terrenal al que perteneces. Cuándo no puedes oler el Hechizo de su cuello mientras se acerca a tí, ó se abanica... Tampoco pertenece a la realidad cuándo le pides que venga y a mí me duele tanto. Mientras aprieta las mandibulas y tensa mi cuello, a la misma vez que iergue la espalda y cruza las piernas. O cuándo se muerde la boca y me hace sangrar. No, en esos momentos no pertenece a tu realidad, ní a la mía.
Pertenece a ese mundo que has creado en tu mente, dónde sabes diferenciar lo real, de lo irreal, en el preciso momento en el que te asomas al balcón de su escote, que hundes tu nariz en la curva de su cuello, cuándo se recoje el pelo. Cuándo paseas tus dedos como si de un piano se tratase por su espalda, saltando de un lunar a otro. Exactamente cuándo le observas en silencio, cuándo fotografías cada uno de sus gestos en el album de tu recuerdo. Para más tarde ir a buscarlo y hacer tuya cada imagen, a la semejanza de tus manos.
Y sobre todo..., cuando con la yema de tus dedos perfilas la comisura de sus labios.
Ésa es la mujer virtual que tanto te atrae y acaba enloqueciendo tu normalidad, la misma que a veces se te escurre de las manos cuándo quieres retenerla. Ella, pertenece a un mundo al que nadie aún se a atrevido a entrar, en el que ella es quién domina. Son pocas las veces que doblega sus intenciones. Ella desea y realiza, ella pide y tiene, ella controla impulsos y los provoca. Ella decide en todo momento, qué y cómo lo quiere.
[Ha estado muchísimo tiempo escondida, resguardada bajo un paraguas rojo, mientras que han caido gotas de lluvía que pesaban demasiado. Hasta ahora, que ha salido el sol en sus fronteras y se muere por perfilar sus labios rojos y atigrar su mirada.]
Miss.
21/7/11
Mujer del siglo XXI.
Pensamientos de... Mysteries. Sobre, 02:58
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