31/7/11

Miss y la red.




Hace ya casi 12 años que internet llegó a mi vida. Recuerdo las primeras veces en que con varios amigos, quedábamos para ir a algún CiberCafé. Siempre era algo muy especial pues aunque sólo teníamos conocimiento de "chats", los disfrutábamos muchísimo. Dos por cada ordenador, y tan sólo con 100 pesetas ya teníamos para una hora. ¡Era algo tan increible poder hablar con cualquier persona del mundo!, realmente extraño y a la misma vez, sorprendente

A lo largo de todo ese tiempo, fueron muchas las veces en que íbamos a los cibers, pues el tiempo se pasaba volando. Nos reiamos, conociamos a gente, compartíamos cosas. Pero nada con una firmeza, nada con una amistad segura. Pues cuándo pasaba la hora, internet se desconectaba y tu tenías que volver al mundo fisico.

Claro que por internet, en esos tiempos ya te encontrabas a gente que se notaba perfectamente .-si eres un poco observador-, que hacían un papel. Es decir, que no eran ellos mismos. El ejemplo más cercano, lo tenía en la pareja de mi amiga y su amigo, ellos dos se ponían juntos, para meterse con la gente, insultar, etc. Nosotras no, nosotras siempre íbamos buscando alguien con quién hablar, compartir risas. Descubrir qué era internet.

Durante todo ese tiempo y años, he conocido a muchísima gente. Unos buenos, otros malos .-malos en el sentido de que no siempre eran lo que decían ser- Y por suerte yo siempre he salvaguardado mucho la identidad. Y por ello jamás he quedado con cualquier hombre que me lo propusiera, que han sido muchos. Como pedirte fotografías ó cuándo salieron las webcam, uf... propuestas de ciber-sexo, a miles. Y un largo etcétera.

También han formado parte de esos años, las decepciones. Tu te comportas realmente como eres y piensas que ésa otra persona tb lo es. Pero acabas .-después de un tiempo extenso- dándote cuenta de que no es así. Que realmente no tiene hacía tí, la misma amistad y aprecio que tu le tienes. Pero éso es algo que forma parte del mundo online. Lo único, es que cuándo tu eres tal cuál te comportas en la vida real, la vida física y estás en los comienzos de ese mundo, te piensas que todos son como tú, y acabas dándote con un canto en los dientes. Son muchísimas las veces .-globalizando todos los años hasta el día de hoy- en que he acabado decepcionada con alguien, pero bueno, quiero creerme que con los años, me causan menos daño, .-es lo que tiene, encariñarse con alguien, aunque fisicamente jamás le hayas visto, tocado ní oído-.

Más tarde, con los años, el mundo de los chats dejó de formar parte de mi vida. Cuándo ya estás mezclada en el tema, acabas aborreciendo todo lo que se encuentra en ese mundo .-descubres mentiras, falsedad...- y te pasas a un espacio más privado, dónde sólo está quién tu quieres que esté.

Mentalmente vas madurando y comienzan a gustarte cosas que te encuentras por la red con una facilidad infinita .-descubro que la fotografía está escondida en el interior de mis venas y comienzo a darle forma- Me hablan de un mundo en el que la fotografía va unida a la escritura. Dos temas muy importantes para mí. Y me quedé inmersa en ese mundo, en el que sin querer, sin darte ni cuenta. Respiras sólo a través de la pantalla, te nutres de unas letras "amigas", vives para estar conectada a la red. Adicción. Sí, he sido adicta de este mundo, me cuesta reconocer que ha sido así, pero ésa es la realidad.

Sentir que necesitas leer si te han contestado, si te han dicho algo nuevo, saber que están ahí esos "amigos" para seguir hablando de cosas que a veces no tienen sentido. Pero que tu te ríes, disfrutas y te lo pasas genial. Compartir unas letras, experiencias, anécdotas, saber que te compenetras con gente de toda España, escribir a aquél/lla que te pide unas letras.Y sin darte cuenta, hablas a cada instante de ese espacio y esos amigos. Sólo tienes anécdotas de ellos, imagenes, risas. Todo gira en torno a ése mundo. Y pasan los días, las horas, los minutos cuándo estas fuera de casa y no tienes acceso, como si fueran eternos. Y antes de salir de casa, te conectas. Y cuándo llegas a casa, aunque te estés "meando" te conectas sólo para ver si te han dicho algo.

Entonces es cuándo en tu vida normal, nadie lo entiende. O te piensas que nadie lo entiende, es más, estás segura de ello. Porque la realidad es que hablas a cada minuto de ese mundo que tu te has creado através de la pantalla, vives para estar sentada delante de la pantalla del ordenador y es cuándo llegan los problemas con las personas que te quieren y te rodean, como tu pareja.

Acabas alejándote de ello .-un mes, quizás dos ó tal vez 10 días- y cuándo vuelves, ya no eres en ese mundo lo que eras. Ya no tienes 200 visitas diarias, ya no estás aquellos con los que compartías tus cosas, que te reías. Ya nada es lo mismo. Cada uno parece que vuelve a la realidad y sólo entra de vez en cuándo. Entonces es cuándo te das cuenta de que estabas adicta a ese mundo y decides alejarte.

De todo ese tiempo en el que he estado inmersa en el mundo online. He aprendido a agudizar la intuición, he dejado que fluya todo aquello que me hace sentir bien. He aprendido que tengo acceso a cualquier cosa que quiera y que desee. Pero tb me he dado cuenta que nadie es quién dice que es. Y que de 10 personas, sólo 2 son realidad. La amistad no se regala, ni tan siquiera en este mundo, pero sin embargo la falsedad vive cada segundo en el que la pantalla está encendida.

Ahora que sé moverme por más espacios, me doy cuenta de la facilidad que una niña puede caer en las redes de cualquier loco. Lo sencillo que puede ser cometer una locura, sólo con leer unas letras. Internet es un mundo tan desconocido aún..., que abruma.

Después de muchos años ya pasados, ahora internet forma parte de mi vida, por obligación y necesidad. Gracias a ello, tengo acceso fácil y rápido con mi propia familia. Con mis amistades físicas y reales. Con el mundo que tanto me hace gozar, escribir y fotografiar .-mostrarlo al mundo y formar parte algo tan inmenso, como la red-.

Si internet a día de hoy no existiera en mi vida, nada sería lo mismo, he crecido y he vivido con el entre las manos. Aquí, sólo me hace falta levantar la pantalla del portatil, para tener a alguien con quién hablar. Alguien ha quién yo ya he decidido tener cerca de mí .-más tarde hablaré de ello-, mientras que aquí, no es fácil salir a la puerta de casa y encontrar a alguien con quién compartir unas risas, una charla, algo. Internet me da la libertad de tener lo que yo quiera, en el momento que yo quiera.

Una fotografía, un email, unas imagenes de mis padres, oír la voz de mi madre. Enviar un poema al mundo. Una entrada de cine. Tantas, tantas, tantísimas cosas...

Y para que no todo parezca que es malo, tb tengo que hablar de todas las cosas buenas que me ha dado. Me ha dado amistades que perduran con el paso de los años y que aunque pasen meses, años, sin saber de ellos, ni ellos de mí, ahí seguimos estando. Siempre los mismos. Son pocos con los que puedo contar, de los que puedo hablar. Pero son los mejores. Y sé que ellos me tienen a mi el mismo aprecio y cariño, que yo tengo por ellos. Inclusive diría que me caben en los dedos de una mano.

Algunos pertenecientes a ese mundo de la fotografía y escritos. Él pertenece a este mundo de blogs, con él todo fue muy diferente. Conectamos desde el primer momento, y ya no recuerdo ni cómo fue. Pero no se me caerá del pensamiento cuánto luchamos en contra de la dictadura a la que querían someternos. Él acabó buscando otro espacio y yo me uní a él. Unimos nuestros mundos para quedar en la memoria de todo el que nos conoció y compartió. Formaremos parte del recuerdo y perduramos en el tiempo.

Internet tb me ha traido a la yema de los dedos a una personita que dejó de pertenecer a mi vida, hace más de 15 años .-Sí, hablo de tí-. Llegastes como si de un aire sureño se tratara, en el mundo en el que menos podría esperar .-internet tb te resultaba curioso, cuándo pertenecías a ese mundo-. Saber de alguien que ha formado parte de toda mi infancia está ahí, es increible. Que vuelve y yo ahora no soy una niña, si no que soy una mujer con cierta madurez y muchísimas inseguridades, como por aquél entonces. Y que me siento capacitada para mantener una conversación lógica. Éso me lo ha regalado este mundo, el mismo en el que si tu no hubieras estado, ni yo tampoco, nunca habría pasado.

Y gracias a el, hoy en día ya no eres el de antaño .-ése se quedó con las manos tiznadas detrás de la puerta de cristal-, eres muchísimo más que eso. La amistad que ahora guardamos nos la ofrece este medio, sin el... ¿crees que esto sería como es, a día de hoy?.

Sobra decir que este mundo tb me ha regalado lo que tengo hoy en día, quién vive conmigo y a mi lado. Quizás, habría sido mejor que nunca hubiera sido tan curiosa y nunca me habría alejado de mi tierra, de mi casa, de mi gente, de mi vida, como os hubiera gustado. Pero he sido así y así voy a morir, siempre haciendo lo contrario. Y aunque exista la distancia y a veces me muerda la boca por no gritar que odio que exista. La pena, mi gran pena, es que estais tan lejos..., a pesar de que este medio os acerca casi tanto que puedo rozaros.

Esta es mi visión de lo que es Internet para mí. Quizás no me he explicado como debía, ó quizás no lo he hecho de forma que se entienda. Pero he intentado explicar qué ha sido en mi vida.

Mysteries.



P.D.: Como lo titularías ahora?:

 "Miss y la red",
o "La solución de tu vida: la red",
o "La red es una droga?",
o "Es la red tu refugio en horas bajas?".

30/7/11

Palabrerías de una noche ausente.

Hoy me he parado a pensar, en ese momento en el que nos volvamos a encontrar.
Igual que en aquellos tiempos que ya forman parte del pasado.
¿Recuerdas cuándo tus ojos fueron míos?,
o quizás ya te olvidastes de tanto tiempo como ha pasado.

Si cierro los ojos con fuerza, vienen a mi mente tus suspiros
cuándo me abrazabas y sujetabas mi cuello con una de tus manos.
-confiesoquesegesto,siempremegustó.

¿Recuerdas cuándo paseastes tus dedos entre mi pelo?,
cuanto temblaban tus dedos -sonrío recordando-,
como se agitaba tu pulso, ¿lo recuerdas?.
Quizás sí que recuerdes el perfume que se perdía por mi pelo.
Me quedé con las ganas de que rozaras mi cara
mientras me mirabas a los ojos y sonreías,
pero no pasa nada,
entiendo que el tiempo se hace cómplice de tus gestos.

Son muchas las veces en que me gustaría saber qué piensas,
cuándo me ves llegar hacía tí,
cuándo sólo tu, eres el centro de todas mis atenciones.
Algún día espero que me confieses qué sientes.
Pero mientras tanto, seguiré cerrando mis ojos para recordarte.

Mysteries.

29/7/11

Silencio.

Silencio,
¡SILENCIO!,
Que se calle el aire.
Que quiero escuchar esos versos,
de nuevo en tus labios.

By:Alejandro Sanz.







Mysteries.

Tristesse.

Me gusta aprender de todo lo que pasa ante mis ojos.
Me siento como si fuera una esponja, que se adapta a todo tipo de situaciones,
y absorve las particulas que invanden el universo que la rodea.

No hay nada que me haga disfrutar más, que descubrir cosas nuevas.
Que probar cosas diferentes, a todo lo que es normal.
La normalidad a veces me aburre.
Y aunque no siempre consigo ser distinta a los demás, lo intento.

Siempre rebusco de cada palabra, algo que me haga sentir.
Y de cada lectura, siempre procuro aprender.
Ahora, estoy leyendo un libro que me está enseñando a descubrir melodía para mis oídos,
y me encantaría que quedara aquí reflejado,
lo que me está estremeciendo.
Elevándome hasta el límite y dejándome caer al subsuelo.

Sublíme:

Tristesse de Chopin.



Mysteries.

26/7/11

Una tarde de Mayo.

Mirarla a los ojos y sentir que nadie existe a tu alrededor.
Que el mundo se para cuándo te sonríe.
Mientras que aprietas sus manos tibias entre las tuyas,
y el alma se abre como una flor.

Caminar juntos, sujetando sus hombros.
Uniendo tu costado al suyo, haciéndola tuya en cada uno de tus pasos.
Habláis de cosas que no tienen sentido, pero éso qué importa,
si lo que realmente es importante es que ella está ahí,
escuchando atentamente tus palabras.

Te embriagas del perfume que se posa en su cuello,
el mismo que reconoces entre tus manos,
alguna que otra vez.
Aquél perfume intenso y a la vez tan suave...
¿Qué tipo de mujer será la que usa una fragancia así?.

Y te recreas en la curva de sus labios, observando cada gesto.
Mientras se muerde, antes de sonreir.
¿Cuantas veces lo ha hecho en una hora?,
seguro que lo sabes.

Labios rojos perfilados,
pertenecientes a una mujer
que se esconde detrás de una sonrisa tímida.


Mysteries.

25/7/11

Recuerdos del pasado (III)

Ahora, después de más de 15 años. Aquí sentada en el sofá, con las piernas cubiertas con una mantita verde. Me paro a pensar en todos esos años que han quedado detrás. A los que son muchas las veces que me vuelvo a mirar, con una sonrisa de añoranza en los labios. Quizás me dejé algo sin hacer y no lo recuerdo. Quizás pasé muy cerca de aquello que debí sujetar fuerte y lo dejé escaparse. Quién sabe.

Ahora cierro los ojos, miro y rebusco entre las paredes de mi interior. Llega la imagen de una niña de pelo castaño lleno de tirabuzones y con unos chandals que por aquél entonces serían los mejores. Pero que ahora los veo realmente anticuados. (jaja, me rio de pensarlo)

Está sentada en un pupitre del colegio, de tablas, patas y sillas color verdoso. Casi al final de los asientos de la clase. Escondida si podía detrás de la compañera que se sentaba delante. Tímida, asustadiza, acobardada por no saber qué hacer, por no dar la talla. Deseosa de no tener que ponerse frente a los demás, de salir a la pizarra, o ser motivo de un castigo del profesor.

Sus libros muy bien ordenados en una mochila rosa, con detalles en verde y amarillo. Colgaba de la cremallera un llavero con un peluche, que ya ni recuerda. El tiempo en su memoria, no pasa en vano. Y la pérdida de mucho de su aprendizaje escolar, tambien brilla por su ausencia. Como las clases de Sociales... Con lo que disfruta ahora de una buena historia y de visitas que nos llevan al pasado. Uf, si el profe supiera que se olvidó de muchas cosas que le enseñó..., apuesto que le daría un par de azotes y fuertes.

Son muchas las veces en que junto a su hermana pequeña se quedaban en el comedor del colegio. Menudos momentos aquellos, comiendo todos los niños juntos. Ahora que lo recuerda, la sopa estaba malísima! Y las ensaladas agüadas!, puaj. ¡Qué de cosas!.

Recuerdos tiene muchos y otros que se van uniendo conforme llegan a su mente, haciendo de ello un recuerdo gigante.

Recuerda a uno de sus profesores, pelo castaño, altura media, ojos pequeños y gafas. Tiene unas manos muy finas (ella se fija desde que tiene uso de razón, en las manos), delicadas, suaves, muuuy suaves. Y tiene una sonrisa pícara. Amable, un hombre muy bueno y amante de su trabajo. Le gustaba tantísimo cuándo se llevaba a la clase a pintar, mascaras de escayola, nazarenos, ranas sobre hojas... Es increible lo que llegaba ella a disfrutar de esos momentos en el que rociaba las figuras con betún de judea y seguidamente con talco, para secarlo con rápidez. Siempre quiso hacerlo ella, como los demás compañeros, pero él nunca la dejó. Al igual que los detalles como ojos..., cejas, labios. Eran tan precisos y exigían tanto pulso, que a ella se lo cogía de las manos, para hacerlo él. Siempre estaban perfectos, eso sí. Pero ella quería probar!.

[Si ahora ese profesor viera los duendes de marmolina que ella tiene en casa, pintados por ella... Si viera los regalos que ha echo pintados por ella misma. Quizás vería el reflejo de sus enseñanzas.]

Hablemos de más profes.

Llega a mi mente un Señor alto, altísimo en aquellos tiempos, que era tan pequeñina. Pues casi era tan alto como la Torre Eifiel, ¡seguro!. Tambien se escondía detrás de unas gafas y a veces cogía unos cabreos..., oh díos mío. Cuántas son las veces que ella le recuerda enfadadísimo con los niños de la clase. Los mismos que años atrás ya venían dando la tabarra a todos. Con el aprendíamos Lenguaje, ortografía. Uy lo que le costó entender que no podía poner “comas” en todos los dictados que él leía. Pues en lugar de poner puntos, usaba “comas”, jaja. Pero cómo disfrutaba cuándo les llevaba a la biblioteca a coger el libro del Barco de Vapor, que quisieramos. Vaya plan!, él siempre nos dejaba coger uno, pero no cualquiera!. Sólo del barco de Vapor, qué aburrimiento.
Aún así, siempre que se lo podían llevar a casa, tenían que devolverlos haciendo una redacción del libro que hubiesen leído. Ahí es cuándo se deleitaba ella. Con las redacciones que tenía que hacer. Extensísimas siempre, con una imaginación impresionante. Él siempre le decía las mismas palabras:
“Tienes que escribir sobre el libro, no lo que tu imaginas”.
De parte de ella siempre una bonita sonrisa y a su mesa.

[Uy, si ahora él viera las cosas que escribe y como se expresa... A veces piensa que le gustaría hacer una impresión de muchas de las cosas que tiene y que las lea. Pero no, demasiado vergüenza tiene aún.]

Otro de sus profesores, fué más que eso. Aunque en su educación no todo fué perfecto. En su enseñanza hizo que llorara muchísimo cuándo no lograba aprender los números romanos, en un curso. Díos mío, la veo en su pupitre bañada en lágrimas. Sus ojos hinchados y sus manos temblorosas. Una compañera que años más tarde se iría del colegio (Georgia, jamás olvidaré ese nombre), le agarraba las manos. Y los números romanos, por más que el profe le gritaba, no entraban en su cabeza. Él decía que ella podía, pero no, ella se cerraba en banda y era imposible con ese aturdimiento.

Aún así. Él ha estado en esos momentos en los que ella fingía enfermar, vomitar, temblar, con tal de no ir al colegio. Él fué quién la cogió de las manos y se la llevó junto a la secretaria del cole, aquella que tantos cigarrillos fumaba y siempre estaba inmersa en papeles.
Él fué quién le decía a sus padres que la apuntaran a clases de verano, y por su culpa, se pasaba horas en mesas ajenas, con chicos mayores que le daban clases. Inclusíve, asistió a unas clases en una guardería de bebés. Y todo porque el profe lo decía... ¡Joder!.

[Guarda unos recuerdos tan gratos y tan buenos de él. Que es imposible recordar sólo lo malo. Sólo que ahora le ha venido a la mente esos recuerdos.]

Ahora si cierra los ojos, ve llegar a un hombre de andares peculiares, sonrisa tímida y tubos bajo sus brazos. Cierra la puerta de clase, saludando a alguien que se queda en el exterior y se vuelve a la clase. “¡Buenos días!, qué, ¿como estamos hoy?” (jaja). Llega a la mesa, suelta los tubos, que no siempre se quedan encima de la mesa. O simplemente el que él quiere, se ha quedado en secretaria y tiene que volver a por el. Momento para que los pesaditos de clase, la líen.

Guarda una mirada tierna y siempre le llamó la atención esas paletitas que tiene separadillas (ui si leyera esto...), son como las de los niños pequeños, que no sabe por cuál razón, siempre le provocan una ternura inmensa. Siempre que le miraba a la cara, no le producia el mismo temor, que los otros profesores. Con él ella estaba relajada, él siempre la trata con cuidado y mucho cariño. En ningún momento ella siente que él se fije en ella más de lo debido, por lo tanto, no la haría salir a la pizarra o le preguntaría cosas, que ella no acertaría con los nervios a contestar.
Pero siempre llegaba el momento en que tenía que llevar el cuaderno a su mesa, pararse a su lado y ver como observa una página tras otra. Silencio, no dice nada, quizás es que esté bien. Hasta que llega un borroncillo de Tipex y el profe decía algo así como...:

“No quiero Tipex, ni borrones, lo quiero todo muy limpito y con buena letra. Ah y los mapas con colores, que así sabemos si hay tierra, mar o ríos.” .-Si profe...-.
Antes de darle el cuaderno, veo como la mira y le sonríe. Le guiña un ojo y le devuelve el cuaderno. De vuelta a la mesa, ve que le ha puesto un bien y sonríe.

[A día de hoy, es el único profe con el que no guarda relación alguna. Pues el profe de las manos tiznadas de blanco y colores, con sonrisa tímida. Se quedó tras aquellas puertas de cristal.]

A lo largo de todos esos años de colegio, he tenido un profesorado inmejorable. Unos han llegado más a mis recuerdos e  interior que otros, claro, no todos pueden ser los mejores. Pero muy cierto es, que desde que salí del colegio, guardo un grato recuerdo y muy intenso de ellos. Inclusive hasta de ése con el que jamás aprobé un examen. El mismo con el que nunca compartí una sonrisa tímida, pero sí alguna mirada, que nunca fué devuelta con el mismo sentimiento.
Son tantas las veces, que daría una parte de mis años, por volver a aquéllos años. Con los mismos profesores y los mismos compañeros. Que diferente sería entonces. Uuuh.

Son tantos los recuerdos guardados, que nunca acabaría de escribirlos.

Mysteries.

Anhelos.

Tú boca suave y templada

se pierde en la cuenca de mi cuello,
mientras la suavidad de tus manos
rozan mi cintura.


Sabemos que nada de esto esta bien,
pero aquí y ahora,
nada importa.


Despojándonos de las ropas.
Enredando tu lengua con la mía.
Atravesando la frontera de los sueños.
Acariciando cada centimetro.


Piernas que te rodean,
brazos que me atrapan.
Labios que te besan,
espalda que se tensa...


Unas manos se pierden bajo la seda que cubre mi cuerpo
erguido entre tus manos,
rozando la protuberancia que se esconde,
anhelando el roce de tu boca.


Mysteries.
 
 
[Escrito rescatado del baúl, escrito por el año... 2007]

24/7/11

Beso. Besar. Bésame.

Una pregunta que flota en el aire:

¿Que sentirías si te diera un beso?.

A modo de respuestas pueden y existen muy variadas y de muchos colores.
Pero lo importante sería saber... ¿Qué tipo de beso?.

Un beso como amigos, sería ese beso que queda en las mejillas,
y que hoy en día, ní eso.
Porque nos hemos acostumbrado a dar ese beso,
mejilla con mejilla, tan falso...
Y si son dos mujeres y están maquilladas, ní eso.

Un beso de hermanos, que ahí depende de como sea tu hermano,
sí que le besas en la propia cara ó directamente, ní eso.

Un beso de conocidos, "hola que tal?, muak muak".

Un beso de novios primerizos,
aprietas muy bien los labios
y los unes a esos que comenzarás a conocer
y que tiemblan como tus manos.

Un beso de pareja que lleva cierto tiempo,
ya se conocen y saben en qué momento y cuándo tienen que darlo.
Porsupuesto con cuánta humedad
y delicadamente con o sin lengua. 

Un beso robado,
es ése en el que tu también estaba deseándolo, pero que nunca te has atrevido a dar.
Y la otra persona a acabado haciendo, lo que nunca tu hubieras hecho.
Ó también puede darse el caso, de que tu lo desees y la otra persona no.
Por eso, es un beso robado.

Un beso de amores furtivos,
son esos besos en los que acabas comiendote a la otra persona.
Y a veces inclusive con los dientes, ¿quién no ha mordido alguna vez unos labios?.
[Mmmm, personalmente, es interesante]

Podría hablar de un tipo de beso, de una forma de besar
o de mil sentimientos compartidos, a los largo de los años y de las vivencias.
Pero siempre existe ése tipo de beso, que te falta por vivir.

Ése beso en el que todo se hace pequeño cuándo cierras los ojos.
Cuándo notas como te sujeta por la nuca, haciéndote sentir especial.
Dejándote llevar por la suavidad de esa mano que acaba de colocarse en tu cuello,
mientras sientes como su pecho se acerca al tuyo,
de forma que se te eriza la piel, con cada centimetro que se aproxima a tí.

Ése beso en el que nada más que quién está junto a tí, importa.
El mismo que comienza rozandote los labios con los suyos y te dejas guiar,
para entre abrir tus labios y saborear el sabor de su boca.
(esperemos que no fume, porque si no, le quita el morbo al asunto)
Acabarás mordiendo su labio inferior,
y quizás tu recibas el mismo mordisco y acabe gustándote.

Pero lo más importante de todo,
es que no deje de sujetar tu pelo entre sus dedos, con intención.

Un detalle también importante, a tener en cuenta.
Si ése beso que estamos deseando, que añoramos, que nos morimos por vivir,
queremos que sea perfecto...

Debemos de terminar, como indico más arriba,
mordiendo su labio inferior,
para segundos mas tarde, seguir rozando los labios por su barbilla,
llegando al mentón
y terminando por rozar con levedad la suavidad de su cuello.



Mysteries.

21/7/11

Viviendo en un mundo aparte.

En este momento, escucho las risas de las niñas que están en el patio de casa. Juegan y gritan sin temor a nada, ni a nadie. Las oigo reir hasta que se atragantan y pierden el sentido de la estabilidad, para dejarse caer al suelo y levantarse como si nada les doliera. Que bonita es esa edad en la que nada importa, en la que nada tiene sentido. En los que no tienes que afrontar nada más, que la fantasía en la que vives permanentemente. Hasta que creces.

Yo he crecido y ahora aquí sola, sentada en un salón enorme de paredes blancas. Dónde no se oye más que mi respiración y la de mi hija. El ventilador del pórtatil. El crujir de los árboles entra por una ventana y por la otra se ven las nubes ennegrecidas, pasearse por el cielo.

Una lágrima en mi ojo derecho amenaza con salir. Me pica el interior de la nariz, mi garganta se vuelve pastosa y mi otro ojo se nubla, con otra lágrima. Al final sólo parpadeo para que caigan las dos con suavidad sobre mi cara y humedezcan la comisura de mi boca.
Y mientras tanto pienso... ¿que hago yo aquí?.
Los comienzos como todos, son preciosos. Los días van pasando con lentitud y aprovechábamos cada uno de los segundos que teníamos. Pero ahora, ¿que hago yo aquí?.
Miro a mi alrededor y me encuentro sóla. Dónde están esas manos que tienen que levantarme cuándo me caigo. Dónde están esos brazos que tienen que estrujarme. ¡Dónde coño está todo el mundo!.

Reposan sobre el reposapiés, mis pies de uñas rojas. Sobre mis piernas una manta verde y ella sobre mis rodillas. Ella, mi hija. Siempre está a mi lado, sea cuándo sea. Nadie más que ella sabe cuándo necesito que me miren a los ojos, ella siempre lo hace. Me regala esa paz que lleva en el interior, la miro y se deshacen los nudos que me ahogan. Ella siempre está cuándo más la necesito. En esos momentos en los que no descuelgo el teléfono, para no preocupar a nadie. Para no hacer que nadie sufra. Porque nadie más que yo, tiene que tragarse lo que yo he tenido, hasta ahora.

¿Y porque digo "he tenido"?, realmente no lo sé. Pero sí que tengo claro que es "lo que he tenido" y no "lo que tengo". Porque lo noto todo distante, como si lo viviera desde una perspectiva en la que no me roza ni tan siquiera la ropa que llevo puesta. Porque hace tiempo que ya nada es lo mismo. Porque los problemas que he sorportado han sido demasiados, y seguir aguantándolos, ya no me afectan de la misma forma que antes. Por eso "he tenido".

Un nuevo grito entra por la ventana, enredándose en las rejas. Se queda colgado de mi pelo y entra por mis oídos. De la misma en que se ha colgado de mi pelo, la desgana, el aburrimiento, la innecesidad (palabra inventada), el abatimiento... Volverán aquellos días?, núnca van a volver. Porque desde hoy, en adelante. Voy a ser como las Gheishas. Siempre con una bonita sonrisa en los labios, complaciente sin ser vulgar y muy atenta a la compañía que en ese momento esté cerca de mí.
Hasta que me canse, Hasta que me aleje de éste mundo al que no pertenezco, por más y por mucho, que haya pasado en el por pertenecerle.
¿Dónde está todo éso que decían que esta tierra daba?, qué pasa, ¿que se tiene que ser diplómatico para tener todo éso que contaban, los del ayer?. Dónde estará todo eso bueno, donde se escondera la buena vida.

Yo no pertenezco a éste mundo, por más que lo intento. Por más que me he doblegado, que he aprendido, que me han jodido e incluso maltratado. Que me he rendido y que he resurgido de mis propias cenizas. No pertenezco a un espacio en el que nada me espera, cuando regreso.
Yo no merezco vivir en un lugar que la belleza sólo se queda a la altura de mis ojos garzos, enlagrimados (otra palabra inventada).

Yo quiero vivir escondida en unos brazos que me hagan hundirme en un pecho que lata de verdad, cuándo me mire a la cara. Que siempre que suspire cerca de mí, se le sequen los labios y los humedezca pensando en mis manos. Quiero quedarme muy pequeñita... tanto, que puedas llevarme escondida en tu bolsillo. Yo lo único que quiero, es mirarme el interior y ver como sonrío. Y no sentir la tristeza y la oscuridad que estoy sintiendo.

Las risas han dejado de oírse, ya no entran por mi ventana, ni se quedan enredadas en las rejas al entrar. Las nubes siguen ennegrecidas y caminan por el cielo sin dar cuentas a nadie. La viña se dobla azotada por el viento. Y ella sigue en mis rodillas, enroscada y mírandome a los ojos, mientras mueve con rápidez su naricilla e intenta subir a mi pecho para besarme. Para llevarse en su boquita mis lágrimas secas.

Ahora mismo, no pertenezco a nada ni a nadie. Ni siquiera a mi propio cuerpo. Me he elevado y he dejado que mi alma se vaya con el aire frío que entra por mi ventana. Dejándo que se escape por debajo de la puerta, sin quedar sobre éste sofá y bajo la manta verde, nada más que un cuerpo vacío, sin ilusiones, ni sentido.


Mysteries.

Y si me ahogo, ¿quién me salva?

Estoy hasta los mismos cojones, de que me digan:


-Que tengo que hacer.
-Que tengo que dejar de hacer.
-Que tengo que decir.
-Que no puedo decir.
-Que controle qué digo.
-Que no diga según que cosas.
-Que quieran meterme en mundos que no me pertenecen.
-Que intenten convercerme de cosas.


Y un largo etcétera que aguanto, que no sé ní como lo hago, hace más de seis putos años. Porque estoy hasta los mismísimos ¡YA!.


Y me estoy cansando demasiado, ¿y sabes qué pasa?, que ahora me estoy ahogando tragándome mis lágrimas, con un nudo que me está asfixiando, y sin poder escaparme de aquí y abrazar a alguien que me entienda y que me quiera. Porque aquí, ¡no hay nadie para mí!. Porque ¿sabes qué pasa?, que a la hora de la verdad, nadie me espera para cuándo yo esté mal. Porque ¿sabes qué?, que yo aquí no tengo absolutamente nada. Nada más que a tí y si eres tu el que me está haciendo sentir así, junto a ellos, ¿que me queda a mí?.


Y ¿sabes qué?, que el día que menos te lo pienses te vas a quedar con todo y con todos, por que yo,
¡¡me voy a ir de aquí!! para no volver nunca más. Y el día que eso pase, no me esperes de vuelta, porque no pienso de hacerlo mientras tenga que volver al mismo sitio y con la misma gente.


¿Acaso tu te imaginas la presión que yo he tenido que soportar?, mientras que dabas vueltas enfadado conmigo..., ¡por decir lo que pienso!. Y me dices tan relajadamente...:


-.Es que te lo has ganado a pulso. (por decir lo que pienso/siento)


Perdón!!?, ¿me he ganado a pulso que me saturen a preguntas, cuestiones y obligaciones!. Si me callo, porque me callo. Y si hablo, porque digo lo que pienso y molesta.


-.¡Cóseme la boca de una púta vez!.


¿Tampoco has oído cuándo se ha dicho encima de la mesa: "¿Pues porque no te vas?" ?.


Estoy harta hace mucho tiempo. Y poco a poco el vaso va dejando caer más de una gotita. Sigue así que como el vaso rebose del todo, te juro que me voy de aquí.


Y no va a pasar mucho tiempo como sigamos así...


Mysteries.

Mujer del siglo XXI.

Ella, pertenece a un mundo que no puedes tocar, un mundo en el que sólo existen unas conjunciones de vocales y consonantes, en los que tu le pones un tono de voz cuándo lees en voz alta, un sentimiento ó quizás la misma sonrisa que en ese momento luce en su boca y la haces tuya. Cuántas son las veces que se muerde los labios y que tú has replicado sus gestos señalandole que está haciéndolo inconscientemente... ¡Cuántas?.

¿Que sentirías con el contacto de tus manos sobre su piel...?. Pues realmente, le gustaría entrar en tus pensamientos y saber que sentirías. Apuesta que te temblaría el pulso y te reirías, con esa sonrisa que tanto te caracteriza. Unos segundos más tarde, con los propios nervios dirías.... ¡ya está!, ala!.
Cuándo se aleje de tí, acabarías reconociendo el aroma de su piel, que se quedará colgando de tus dedos.

Ella es virtual en esos momentos en los que no esta cerca de tí, en los que no puedes mirarle a los ojos, ni oír su risa. En los mismos momentos en los que al decirle adiós, no puedes cogerla de las manos mientras te alejas y vuelves al mundo terrenal al que perteneces. Cuándo no puedes oler el Hechizo de su cuello mientras se acerca a tí, ó se abanica... Tampoco pertenece a la realidad cuándo le pides que venga y a mí me duele tanto. Mientras aprieta las mandibulas y tensa mi cuello, a la misma vez que iergue la espalda y cruza las piernas. O cuándo se muerde la boca y me hace sangrar. No, en esos momentos no pertenece a tu realidad, ní a la mía. 

Pertenece a ese mundo que has creado en tu mente, dónde sabes diferenciar lo real, de lo irreal, en el preciso momento en el que te asomas al balcón de su escote, que hundes tu nariz en la curva de su cuello, cuándo se recoje el pelo. Cuándo paseas tus dedos como si de un piano se tratase por su espalda, saltando de un lunar a otro. Exactamente cuándo le observas en silencio, cuándo fotografías cada uno de sus gestos en el album de tu recuerdo. Para más tarde ir a buscarlo y hacer tuya cada imagen, a la semejanza de tus manos.

Y sobre todo..., cuando con la yema de tus dedos perfilas la comisura de sus labios.

Ésa es la mujer virtual que tanto te atrae y acaba enloqueciendo tu normalidad, la misma que a veces se te escurre de las manos cuándo quieres retenerla. Ella, pertenece a un mundo al que nadie aún se a atrevido a entrar, en el que ella es quién domina. Son pocas las veces que doblega sus intenciones. Ella desea y realiza, ella pide y tiene, ella controla impulsos y los provoca. Ella decide en todo momento, qué y cómo lo quiere.


 [Ha estado muchísimo tiempo escondida, resguardada bajo un paraguas rojo, mientras que han caido gotas de lluvía que pesaban demasiado. Hasta ahora, que ha salido el sol en sus fronteras y se muere por perfilar sus labios rojos y atigrar su mirada.]


Miss.

Preguntas y respuestas.

¿Los "Pensamientos" son pensamientos, no?.


Sin duda alguna, los pensamientos, son eso, puros pensamientos e ideales que pasan por mi mente (de niña pequeña). Que aunque considero que dispongo de una madurez importante, nunca decaerá de mi mente, los ideales y los pensamientos "casi" perfectos. ¿Quién no se para dos minutos de una hora de su vida, a soñar despierto?. Yo, siempre guardo en el interior esa Wendy, que pertenece al cuento de Peter Pan.


Una frase para esta pregunta:
 "Bajo los cielos de París, quién no merece ser feliz."




¿Son virtuales, no?


No. Mis pensamientos nunca son virtuales.
Son pensamientos e ideales que me pertenecen. Que se esconden en lo más profundo del alma y que sólo salen, cuándo yo dejo que así lo hagan. Lo virtual es un mundo aparte, un mundo en que el todo puede rozarse con la mirada y no con la yemas de los dedos, un mundo en que el muchos se creen dueños de todo, pero la realidad es que nada les pertenece.
Mis pensamientos, sólo pueden tocarlos y saber de ellos, aquellos que yo quiero, pues no es fácil descifrarme, en alguna ocasiones.




¿Son ilusiones, no?


Son ilusiones, sí. Si algo me caracteriza desde que tengo uso de razón, es que me muevo y vivo con mil y una ilusión, en el interior. Pero es que si no tuviera ilusiones, si no me dejara llevar por esos momentos fantasiosos, ¿qué sería de mí?.
Disfruto de vivir la realidad y de vez en cuándo de perderme en ese mundo paralelo, en el que todo lo que yo deseo, lo que me ilusiona, existe cerca de mí. Porque, yo no he escondido a esa niña que llevo en el interior.




¿No se puede prometer algo virtual, no?.
 
Y porqué no?. Algo virtual que no se pueda prometer, es algo que sabes que no viene de un interior, que no pertenece a nada ni a nadie. Pero algo que sale de un que corazón como el que tú guardas en el interior, ¿porque no?.
 
 
Mysteries.

18/7/11

Sueños por cumplir.



[Este escrito, sólo puede leerse, mientras que se oye de fondo, este video =) ]

Hazme una promesa, que quizás sea la única vez que se pueda llegar a cumplir.


Prométeme que me cogerás de la mano, en una mañana muy temprano de verano. En el silencio de nuestra soledad y compañía.
Que me llevarás de la mano, a ver esos amaneceres que tantas veces has descubierto. Y que tantos secretos esconden.
Un paseo a orillas del mar, mientras las olas cubren nuestros pies descalzos y acarician la piel en silencio.
El sol será cómplice de la unión de tus manos con las mías.


Prométeme que lo harás, que cumplirás con tu promesa.


Mysteries.

Los 26 más caros, de mi vida.

Tres meses y medio son los que han pasado, desde que comencé la aventura de mi última dieta. Y realmente, en la única con la que me había implicado al 98%. Previamente durante el año, tb había seguido con dieta, por vía endocrinologica. Pero la dejé, por motivos de estudios y falta de tiempo a asistir a las visitas médicas. Aunque para ser sincera, apenas hacía la dieta estricta, pues asistir a las visitas una vez cada mes y medio, a mí no me servía de nada.
Por lo que a modo de recomendación mi suegra me invitó a asistir a estas charlas (ella previamente había asistido y le fué genial), que serían visitas semanales y aunque me resistí muchísimo, acabé accediendo.


Al principio todo era perfecto, en una semana perdía hasta un kilo y medio. Los consejos y las charlas a las que asistía, en reuniones de mujeres, siempre muy gratificantes y con muchos ánimos de parte del resto de chicas (sí, casualmente sólo asistían mujeres). Esas charlas y los consejos que recibía por parte de mis dos hombres, fueron más que motivantes para que siguiera adelante en mi batalla contra el peso. Pues Sólo ellos fueron al comienzo, los que supieron de mi nueva andadura.


Los resultados comenzaron a verse en el peso, desde la primera semana. Éso es lo que yo necesitaba, ver resultados tempranos que me hicieran no aburrirme, como siempre.
Pasé el primer mes, genial. La primera semana la pasé entre noches hambrientas, despertándome con los dedos metidos en la boca, jaja. Soñando que estaba comiendo algo delicioso. Pero bueno, pronto pasaron esos días. Conste que JAMÁS me levanté en las madrugadas a comer, nunca en mi edad he hecho tal cosa. Y aprovechando que las visitas eran cada martes, ése mismo día me pasaba y me comía lo que durante la semana no podía, exceptuando pasteles, que no soy muy debota de ellos.
En ése primer mes, yo que escucho muchísimo mi cuerpo y atiendo a todas sus llamadas, ya noté que mi periodo menstrual llegó con cierta intensidad, a la que no le dí mucha importancia, a pesar de que sufrí una hemorragia bastante intensa que me llevó a Urgencias una madrugada.


En el segundo mes, pasé demasiadas ansiedades, cosa que nunca antes me había pasado igual. Sentía la necesidad de devorar lo que comía, de beber a lo bestia. Sentía una gran necesidad de comer a todas horas, la cuál son muchas las veces en las que me levantaba del sofá durante la siesta, para coger lo primero que viera del frigorífico. Lo que más importaba era llenarme, pero con cierto control, al comienzo de la semana debía de marcar menos peso. Pero no siempre lo conseguía y me pasé semanas, poniendo 500grs ó sin perder nada.
El periodo menstrual ése mes, llegó los primeros días marcando, me pillaron en la Feria de Sevilla. Por suerte, la cosa fué menguando y pude pasar una Feria increible y con compañía, visitas y charlas inmejorables. [La volvería a repetir todo el resto de mi vida.] Claro, yo dí por sentado que ésa era mi menstruación normal, es decir, la de el mes de Mayo.
Pero no fué así la madrugada en que me levanté y de camino al baño, me resvalaba al pisar la humedad que iba quedando en el suelo (sobran detalles). A duras penas llegué al baño y sujetandome como podía me dejé caer sobre la taza del lavabo, para hundirme en mi propio cuerpo, mientras que con una voz que apenas me salía del cuerpo, le gritaba a él, que estaba dormido plácidamente. Entre sueños y mis leves gritos, se despertó y me asistió corriendo. La imagen cuándo él apareció era de lástima, yo sentada en el baño, con la cara cubierta de un sudor helado, apoyada sobre mis rodillas, temblando, a punto de perder el conocimiento, con un color neutro en mi cara y mis labios blancos.
Desde ese momento no podía dejarlo pasar y me puse en manos médicas. Aunque las pérdidas intermentruales durante todo ese mes, fueron constantes e intensisimas. El malestar demasiado fuerte, para la levedad de mi interior y la dieta mantenida siempre, claro.


Éste mes, ha sido de los tres el más intenso sin lugar a dudas. Han sido tantas las cosas que me han pasado que parece que me haya quedado sin memoria. O quizás es que no quiera ni recordarlo.


He tenido que dejar la dieta por recomendación médica, pues ésta me ha provocado un trastorno metabólico, que me ha llevado a tener hemorragias muy muy intensas, volviendo al límite de la inconsciencia. He llegado a perder el color de la piel de mi cara. Mi pelo ya no es lo que era, ni tiene su brillo, ni sus tirabuzones. Ahora está seco y se rompe. Como mis uñas que se quiebran con facilidad... y me siento tan débil, tan poca cosa a pesar de las apariencias...
He perdido las ganas de maquillar mis labios, de ponerme delante del objetivo de mi cámara. De atender a las amistades que vienen a casa. De cuidar de ése hombre que me cuida cada día, sin rechistar. No quiero ni que se aproxime a mí, me molesta todo y sólo quiero pasarme los días metida en la cama. Me siento tan inútil, esta debilidad esta acabando conmigo, pues no tengo ganas ni de sonreir.
Suerte que mi familia, no puede verme y sólo nos comunicamos por vía online. Y gracias a ello puedo disimular y hacerles creer que todo está bien (no puedo preocuparles por nada). Y por los medios he ido dejando un reguero de sonrisas falsas, con palabras que sólo eran un rol aprendido.


Ahora, que he dejado ésa dieta que estaba haciendo (muy conocida, pero no es la Dukan). A espera de que los médicos muevan fechas para asistirme y que todo esto se acabe de una buena vez, porque juro por la más sagrao, que en mi vida podría imaginar, que por hacer un bien, iba a terminar como lo estoy haciendo. El sentimiento que me invade muchas veces, es que yo misma sin darme cuenta estaba acabando con mi vida. Pues las hemorragias han sido muy intensas en éstos dos meses y me debilitaba por minutos.


Ahora hace tres días que me siento "algo" más fuerte, que tengo ganas de reir, de sentir que me quieran. Que me alimento como debo, pues tb perdí por unas tres semanas las ganas de comer/beber y apenas comía nada. Con un suspiro hondo ya se me llenaba el estómago (sin exagerar). El viernes ¡me maquillé! y cuándo me miro al espejo, me gusto. La pérdida se nota, sí, pero los estoy pagando tan carisimos...


Ahora que parece que todo ha tocado fondo, me paro a mirar unos días atrás y me invade un mismo sentimiento muchas veces. ¿Yo misma sin darme cuenta estaba acabando con mi vida?. Pues las hemorragias han sido muy intensas en éstos dos meses y me debilitaba por minutos. Si hubiera continuado con todo, sin escucharles a ellos (Grillo+Xv), que son los que me insistían de asistir al médico, ¿qué habría pasado?.


Mysteries.

17/7/11

Copas de una noche.

La noche fué como había esperado y deseado. Nada habia salido mal, excepto su mayor deseo. Que todo el mundo a las 00h en punto, desapareciera.


La noche cae sobre las aceras frías, el silencio deja que ella misma oíga su respiración agitada, mientras camina junto a su soledad. Mientras sube las escaleras, un escalón trás otro, despacio. Contoneando sus caderas.


La música entra por sus oídos como una suave caricia, que retuerce el interior de su cuerpo, mientras entra por las puertas de la discoteca.  Una copa llena de alcohol, humedece sus largos dedos. La ropa pegada a su abdomen, sus vaqueros adheridos a sus piernas, cubriendo cada centimentro de su blanca piel. Y unos zapatos rojos en sus delicados pies.


La sugerencia de sus labios rojos, no quedan inadvertidos a todo aquél que se cruza con su oscura mirada. Pues ella sabe muy bien como potenciar cada unos de sus gestos, y mirar de reojos con una leve sonrisa, a lo MonaLisa, siempre lo pone en práctica.


Sentada en un sofá de piel blanca, se hunde en la oscuridad del lugar, tomando pequeños sorbos de su copa de Malibú con zumo de piña. Removiendo el hielo que tiene en el interior, con una cañita negra. Se siente observada a través del gentío que la rodea y no tarda en ser advertida por la mirada de un hombre que se esconde detrás de la barra.


Aparecen por la puerta, en compañía de gente que ella no conoce, unas amigas acaban acercándose a ella, regalandose besos y abrazos. Conociendo gente que no conoce de nada, se sumerge en una conversación. Hasta que acaba harta, levantandose y saliendo a la pista a bailar, sola.


La mirada que tanto la observa, se esconde detrás de un hombre ajeno a su circulo de amistades. Nunca han coincidido en ningún lugar, pero ella no siente temor alguno ante aquellos ojos, que la desnudan sólo con la mirada. Bailando entre la gente, unas amigas se aproximan a ella y éstas bailan como posesas junto a ella, en forma demasiado sugerente. De forma que terminan provocando que todos les miren. Ella. Ella sigue a su ritmo. Contoneandose, rozando sus labios con la cañita negra, observando en la distancia esos ojos que no la pierden de vista.


Nada pasa entre aquél que observa y esa que se deja desnudar.


De vuelta al sofá de piel blanca, bajo un foco de color blanco, ella se siente la estrella del lugar. Saca de su pequeño bolso un espejo y su barra labial, tono Rouge, para maquillar con lentitud y suavidad sus labios. Recreándose en cada curva de sus comisuras.
Él sigue observandola.


Se rodea una vez más de sus amigas, que después del baile acaban muy excitadas y necesitan fundir el calor con el que han terminado. Entonces comienza el juego, cuándo una de ella saca un hielo de su copa, para pasearlo por sus labios, mientras que ella mira con atención como estos se vuelven rojizos y se hinchan.
Otra juega con el hielo, a pasarselo al chico que tiene a su lado. Sin duda es la más atrevida y no pierde el tiempo.


Él se deja caer sobre la barra, con un cigarrillo encendido, que se consume.


Ella, acaba hundiendo sus dedos en la copa que está llena. Para comenzar a pasear sus dedos helados por la cuenca de su cuello. Bajando desde el lóbulo de su oreja, hasta llegar al tobogan de su pecho. En cada pasada, comienza a derretirse y las gotas  acaban perdidas en su escote, al comienzo de su abdomen. A la altura de la nuca, una de sus amigas pasea otro de los cubitos de hielo, que aún flotaban en las copas. Mientras que ella tuerce su cuerpo, suspirando, dejándose llevar por la frialdad que está recorriendo sin cesar su piel.
Observando con picardía a ése hombre que acaba de quemarse con el cigarrillo entre sus dedos.


Todo acaba de comenzar y sus intenciones no son las de terminar aquí y ahora.


Por lo que sus amigas ajenas a ella, siguen sentadas muy cerca las unas de las otras.


Ella, sigue fundiendo entre sus dedos el hielo que hace que se tense su piel y se sonroje. Sin apartar la mirada de aquél hombre, que se pierde entre la gente. Del mismo, al que sólo conoce de esa noche. Y que quizás, una de esas noches, él acabe paseandole por la cuenca de su cuello, sus dedos humedecidos y helados.







Mysteries.

16/7/11

Mujer de hielo.



Ella, es la que nunca se derrumba ante las miradas ajenas. La que no entrega sus besos, fácilmente.


Ella, que acaba derramándose entre los brazos de alguien que la abraza. Tan sensible, que el aire que pasa por sus pulmones le causa daño. Tan impredecible como el viento.


Ella, la mujer que todo lo sabe y nada entiende. La misma que quiere aprender y seguir escuchando historias de la vida. Ésa, que nunca deja pasar por alto un suspiro.


Ella.
Ella es la que se esconde detrás de un cristal, en el que nadie puede ver através de el. Dejándose llevar por unas letras, que le rozan el corazón. ¿Pero quién sabe qué siente?. Nadie. Nadie logrará nunca imaginar qué pasa ante la pasividad de su rostro. Bajo las curvas de sus pestañas negras. Y sus labios entornados en una pequeña sonrisa.


¿Quién sabe cuándo se eriza su fría piel?. ¿Acaso alguien imagina lo helada que está siempre?. Ella es la frialdad personificada. Ésa a la que entregar un abrazo le cuesta una vida. La misma a la que tanto le cuesta decir un Te Quiero.


Ella, es la mujer que se pierde en sus silencios. La que juega con una conjunción de letras, para decir lo que siente. Porque sus labios no están acostumbrados a hacerlo.




...


Aunque la realidad siempre supera la ficción.


Ella es esa niña, más que una mujer, que necesita sentirse querida, mientras nota como le rodean unos fuertes brazos y le entregan la seguridad del paso de los días.
La misma que disfruta con el roce de unas manos, cuándo alguien comienza a alejarse, y se quedan las manos tendidas en el aire, hasta que los cuerpos se alejan. 


Ella, es la misma que llora en silencio, cuándo nadie la está mirando, pidiendo clemencia.


Ella es, la que sí que se resguarda trás un cristal ópaco, para no mostrar más allá de lo que se tiene que demostrar. Pues ella siempre "controla" las situaciones. Aunque a veces se le escapa de las manos. Y se deja llevar por un sentimiento compartido. Un sentimiento que se pierde entre silencios y que la realidad, es que se oye a gritos. Y ella, no lo sabe.


Ella.




Mysteries.

14/7/11

Retrocedamos en el tiempo.

Enséñame entre la suavidad de tus manos, a perderme en el silencio,
mientras juego con la suavidad de tus dedos,
entre los míos.

Haz que nada en este mundo valga más la pena,
que vivir entre tus brazos.

Hazme volver a ser aquella niña, que una vez soñaba,
con ser mujer.









Mysteries.

 

Powered by Blogger. Diseño original de Free Css Template. Adaptado por Recursos En Mi Blog.