29/11/11

A la espera.

Ayer de buena mañana me desperté con calor bajo del nórdico, a pesar del frío que hacía fuera. Y un único pensamiento rondaba mi cabeza, de la misma forma en la que el día anterior me quedé dormida. Pensando qué estaría pasando, cuándo sería, cómo sería. Esas y otras veinte preguntas me pertubaron el sueño, como si fuera una mala pesadilla, lo que quiere decir que acabé levantándome de la cama muy temprano.
La tarde de ayer en clase, después de 3 días sin asistir fué genial!. La profesora estaba preocupada por mi ausencia, las compañeras me mostraron entusiasmo el ver mi entrada (cosa que realmente, no esperaba) y fué una sensación muy grata. Me sentí cómoda, me cuidaban..., pero yo no podía estar tranquila, ése mismo pensamiento seguía rondando mi pensamiento. Qué estaría pasando?, como habrá sido?, cómo estará?. Demasiadas preguntas y ninguna respuesta. Ni obtuve respuestas ayer, ni las he obtenido en lo que llevamos de día. Y aunque me muerdo las uñas y tengo disponibilidad de acceder con facilidad a ello, aún me planteo el hacerlo (tengo motivos suficientes), por muchas ganas que me corroan por saber. Aún así daré plazo de unos días, estoy segura que todo va a salir estupendamente, porque lo contrario sería total y plenamente imposible.
Hoy hará ya tres días que estás ausente y para mí son como si fuera una semana. Realmente te echo de menos, aunque pienses el día que leas esto, que exagero. En una situación como estas, la ausencia de información, hace que todo sea más grande. Las horas, la espera, el silencio, la ausencia... etc.


Miss.

27/11/11

Años.



Bajo los cielos de París,
quién no merece ser felíz,
como lo fuímos...




[Hay veces que las cosas vuelven a mis manos, sin esperarlas. Hoy esta canción llegó a mis recuerdos y ha sido inevitable dejarla en mís/Nuestros Pensamientos...]

Miss.

26/11/11

Auxiliar...



La ultima vez que nos vimos físicamente, lo pasé tan mal..., que quizás te distes cuenta y seguías para mi enseñanza y ayuda. O quizás ni te distes cuénta de ello. Me gustaría saber que sí que te distes cuenta y que actuabas en consecuencia, observando mis defensas bajas. Pero en realidad no te creo ser así (no eres así) y no actuabas de ninguna de las formas, si no que todo salió fluyendo con la misma naturalidad con la que se te escapan las sonrisas, cuándo tu mirada se cruza con la mía.
Recuerdo como ésa misma tarde me fuí enfadada, sin decirtelo claro. Como iba a contarte que todo lo que me habías dicho me había hecho daño. ¿Cómo decirte que pararas que me estabas ahogando?, imposible. Todo lo que me estabas diciendo, todos esos "reproches", esas palabras duras que me ibas diciendo, no eran más que verdades como puños y que se iban clavando en mi cara, una trás otra. Y prometo que no exagero, ní tampoco me dedico a "teatrear", ésto es verdad. Es mí verdad.

Me fuí a casa con lágrimas en los ojos, nadie sabría que me estaba pasando. Ni ellos que me esperaban en casa, ni tu que estabas de vuelta a casa. Sólo aquellos que no me conocían y que se cruzaban conmigo, observaron mis lágrimas.
En la vuelta a casa, cuándo ya todos, inclusive tu te quedabas ahí y volveríamos a vernos con el paso de los meses, no dejaba de pensar, pensar, pensar y pensar en todo lo que me habías dicho. Una letra, trás otra. Incluyendo suspiros y miradas. Todo lo recordé en la vuelta y aún sigo recordandolas. Quizás por ello y buena culpa de todo esto la tienes tú, ahora tengo ganas de hacer todo lo que en su momento no hice. Cuántas serán las veces en que con el paso de los años decimos...: "¿porqué no habré hecho lo que debía, en lugar de dejarlo y verme así?". Ahora yo quizás llego tarde para muchas cosas, pero como tu siempre me dices: "Para aprender nunca es tarde". Y yo ahora doy buena cuenta de ello.

Ahora me encuentro con ganas, ánimos y deseos de luchar por algo que me llena cuándo abro el cuaderno. Me siento capáz para decir que estoy capacitada para estudiar. Yo en realidad me veía algo desfasada en este tema. Pero tus palabras me han empujado hacía el abismo como un cañón. Y ahora me encuentro en un punto de mi vida, en el que tengo deseos y muchas ilusiones por crear. Las misma ilusiones de compartirlas contigo. Así que, hazme la promesa de que vas a volver. Yo prometo seguir luchando por formarme y que algún día veas, que soy lo que esperabas haber encontrado hace un año.

Miss.

23/11/11

Nervios.

Hoy no he recbido ninguna de tus letras cursivas, coloreadas, mezcladas de buenos recuerdos y deseos. Y tengo que reconocer que me dá miedo. El no saber, no tener la posibilidad de saber de tí, a veces me pone de los nervios. Pero sí, tengo que controlar la situación y relajar la mente. Pensar que todo está muy bien y que sólo ha sido culpa de la falta de tiempo, es decir, que estás haciendo mil cosas y por ello tu ausencia en forma de letras.
Yo hoy me pasé el día en cama, entre delirios y sudores, dolor de garganta y falta de aliento. Pero en todo momento has estado metio en mi interior, ya nada puede sacarte. Ni tan siquiera el peor de los momentos ó causas.

Estaré atenta a todos los medios en los que nos movemos, buscándote, esperándo noticias de tus dedos y teclas.

[Eres adorable, Niño Bueno]

Miss.

21/11/11

Vinceró, Vinceró.

Que más quisiera yo que poder estar ahí e ir a buscarte. Pero por más que me visualizo cerca de tí, mi cuerpo sigue sobre esta silla. Sin mas movimientos que el de mis blancas manos, sobre este frío teclado  lleno de carácteres. ¿Te imaginas la de veces que te paseas por mi mente?, no, estoy segura que pensarás que estoy aquí con mis cosas, que no pienso en tí. O que simplemente me acuerdo a ratos. Pero es no es así, que más quisiera yo que poder llamarte tantas veces como me viene en gana. Pero no puedo y tengo que vivir con ello.
Decirte que deseo con toda el alma que tu tristeza la compartas conmigo, sonaría demasiado cursi. Así que por ello quiero que sepas que tu tristeza también es mía. Quiero compartir contigo esos silencios, ésas lágrimas nocturnas, ése miedo, ese temor que hace que te tiemble el pulso. Quisiera dar respuestas a esas preguntas que a veces rondan por tu mente. Cómo me gustaría estar en este preciso momento con mis manos sobre tus hombros y haciéndote sonreir.
No puedo decirte lo que no sé, no puedo decirte que todo es una pesadilla de la que te despertarás y todo quedará en el olvido. Pero sí quiero decirte que tu eres un hombre con muchísima fuerza interior, con esa paz, esa tranquilidad y sosiego... Respira hondo y busca en el interior esas ganas de luchar. Nada puede quedarse aquí, ní tan siquiera en el intento. Hay que luchar hasta el final, porque sé que tú puedes hacerlo.

Yo, confío en tí.

A por ello, que ¡vas a ganar!,

Miss.

12/11/11

Larga espera.

Hoy es un día triste y no sé porqué.
Las calles están demasiado húmedas, demasiado solas. La gente que pasea tiene la cara astiada, nadie mira más alto que sus propios pies, nadie mira a nadie. Los árboles crujen entre sí, como si gritaran a voces algún que otro quejido. Mientras que yo camino sola sobre el arcen frío y mojado. Todas las casas que me rodean están cerradas a cal y canto. Nadie que siga con la vista mi leve caminar. Y mientras me pierdo lentamente entre la niebla que va subiendo por mis pies, dos lágrimas recorren mis mejillas sonrosadas, como si de dos perlas hablásemos. Estoy pensando en tí y sin pensarlo salen dos lágrimas de mis ojos, ¿por qué?. No sé la razón, ni tengo una respuesta, sólo sé que en este mismo momento no sé cómo ni dónde estarás. Con quién o sin quién estás. Si me necesitas cerca o quieres que me aleje.

Son tantas las cosas que tu me has enseñado, que mantenerme en silencio y espera, es una de ellas. Quizás por eso volvímos a encontrarnos..., tu hicistes que creciera sabiendo guardar las cosas buenas en el interior. Y como tu eres parte de lo mejor que me rodea, por eso te encontré. ¿Por qué no dejan de salir lágrimas de mis ojos?, no entiendo nada. Aún no sé nada de tí y en mi interior hay algo que me oprime. Sigo caminando y un coche pasa por mi lado casi rozándome, es como si no me hubiera visto, como si fuera un espectro que nadie siente ni padece.

Ahora espero que el Lunes salgas, que me cuentes que todo está genial, que has salido sonriente (disfruto tanto tu sonrisa) y volver a vivir todo aquello que dejamos días atrás. Porque quizás nos confundimos al nacer, tú muy pronto ó yo muy tarde. Pero aún así, podemos disfrutarnos siempre y para siempre. Porque nada termina aquí. Aún nos queda el más allá, en una distancia bastante larga para llegar.

Tengo ganas de abrazarte,

Miss.

11/11/11

Esperándo. [te]

Hoy es un día muy extraño, he leído tus palabras como seis veces y tras leer cada una de ellas, siempre me surge una misma pregunta: ¿como estará?. Nadie se imagina las ganas que tengo de estar tranquila, de saber al menos que "ha salido todo perfecto". Pero no puede ser, toca esperar, a pesar de que la espera y yo, somos totalmente incompatibles.
Imagino que estarás en tu cama, recostado, recuperándote del estrés de estos días anteriores, mientras que miras a todo el que vá y el que viene. Supongo que algún que otro sueñecito se ha hecho contigo. Y esta noche descansarás plácidamente. Mañana ya será un día "algo" aburrido, te sentirás mejor y querrás salir de allí de una vez, volver a casa. Pero tendrás que quedarte y sumergirte en tus letras y oír las noticias através de unos auriculares. Bueno, todo sea por tu pronta mejoría.
Aquí se te echa muchísimo de menos, recuerda que te quiero; aunque siempre sea como un eterno secreto, que sólo sabremos tu y yo.

No tardes en volver.

Miss.

7/11/11

Mañanas de Otoño'11.


Son las 6:00h, y me encuentro acostada en el interior de mi cama, tan inmesa para mi sola... y a la vez tan calentita. Debajo del nórdico de plumas, enterrada de pies a cabeza, como si estuviera escondida del mundo, del universo entero. Ahí nadie puede venir a causarme daño alguno, ahí nada estorba a mis sueños y deseos.
Arrollo entre mi hombro y mi cuello la parte del nórdico que recubre mi cara, para agudizar el oído. Un suave tintineo choca contra el cristal de mi ventana, dejando suaves gotas de agua que resbalan hacia abajo, muriendo mientras se une a más gotas. La idea de levantarme y abrir la ventana se pasa por mi mente con cada vez más fuerza, pero el frío que existe al salir de la cama es más fuerte. Por lo que comienzo por sacar uno de mis pies, hasta que mis muslos quedan en el exterior. Para dar paso a mi cuerpo, saltando de la cama y abriendo tan solo dos deditos de la ventana, lo justo para que el sueva gotear se mezcle con mi pelo y baje hasta la comisura de mis labios, formando una sonrisa de placer.
¡Qué me gusta oír la lluvía caer desde la cama!.Sentir como las gotas siguen chocando contra el cristal, sentir ese aire frío que me enfría el labio superior cuándo inspiro y que lo templa cuándo expiro.

Hoy me levanté y llovía. Salí a la puerta de casa y descalza he salido al exterior, dejando que la lluvía mojara mi cara, mi pelo, mis manos, mis hombros, mis labios...


Mysteries.

 

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