Lienzo en blanco.

Esto va a ser un juego muy sencillo.
Tú solo tienes que escribir con las yemas de tus dedos, sobre mi piel desnuda.
Yo prometo cerrar los ojos y dejarme llevar por tus letras, por el roce de tus dedos.
Nada se va a interponer en éste preciso instante entre nosotros.
El silencio nos va a hacer una melodía
y los latidos del corazón bailaran a su compás.


No hace falta que te levantes, ni tampoco es necesario que me mires de esa forma.
¿Te asusta que me levante la camiseta, o es mi espalda demasiado incolora para tus ojos?,
siento que te tiembla el pulso.
Tranquilo..., rélajate,
seguro que ya estás acostumbrado a ver a una mujer semidesnuda.

Reposo mis brazos sobre la mesa que está junto a tí, descansando el peso de mi cuerpo sobre ellos.
Mientras inclino mi cabeza sobre mis brazos y mi pelo queda suelto.

[Tardas más de lo previsto, no pensaba que realmente te lo pensaras tanto]
Apenas se posan tus dedos sobre la piel de mi espalda,
cuándo esta se eriza con el primer contacto, haciendome estremecer.
Estirando mi cuello, mordiendo mi labio inferior,
suspirando.

Siento tu presencia detrás de mí, noto tu aliento entrar y salir por tu boca.
Casi podría describir como observas el trazo de tus dedos,
surcando caminos que no tienen un final marcado,
desde la nuca, hasta el final de mi espalda.
Desde mi hombro derecho, al izquierdo.

Acabas estirando mis brazos a lo largo de la mesa,
mientras que pasas por ellos las palmas de tus manos, dejándome sentir el peso de tu cuerpo sobre ellos,
de forma que támbien siento tu presión corporal en mi espalda, que se llena de tí.
Hundo mis dientes en mis labios, suspiro con lentitud.

Tus letras siguen marcandose en mi piel, hasta que tus dedos,
quedan en un segundo plano.


Mysteries.

Juegos de seducción.

Vamos, juega con tus manos y enrédate con las mías.
Enséñame todo eso que has aprendido con el tiempo,
y déjame sin aliento.

Sabes que nunca aprieto cuándo sujeto tus muñecas, evitando que roces mis hombros.
Sabes que no soy capáz de decirte que no, más que para molestarte.

Vamos, atrévete a jugar con mi pelo, a enredar tus dedos por el.
Sedúceme,
hazme estremecer sólo con mirarte a los ojos,
mientras me muerdo la boca,
mientras me aprendo una a una las curvas de mis dientes, con la lengua.

¿No eres capáz de demostrar éso que te hago sentir?.

Venga sé valiente y dime que sientes,
cuándo te miro a los ojos,
cuándo me muerdo la boca,
cuándo me enredo los dedos en el pelo y mientras se agita se esfuma mi perfume.
Dime que sientes,
cuándo me sientes cerca y no te atreves,
ni a rozarme.


Mysteries.

Bajones nocturnos.

Hoy es un día un tanto "extraño".
Me siento desanimada, no siento que esté en mí lugar, en mí momento.
No acabo de encajar en este mundo laboral, ní tampoco de realizar las miles de ideas que tengo en la cabeza.
Siento que voy dando tumbos y no encuentro la salida.
Siento que nada tiene sentido,
que todas las ideas se acaban haciendo trizas y quedándose en nada.

Son tantas las cosas que quiero hacer, que nunca acabo por comenzar ní la primera.
No por falta de ganas,
si no por falta de conocimientos.

Ni caso,
hoy es un día "extraño" y mañana seguro que me como el mundo.





Mysteries.

Una tarde cuaquiera.

Me siento sola tantas veces en el silencio de la tarde,

que sentarme en el sofá y mirar por la ventana
ya es algo rutinario.

Un libro muy pesado reposa sobre mis piernas .-cruzadas-.,
observo las hojas de los árboles bailando al son del viento.
Es increible lo bien que se complementan, a pesar de ser tan diferentes.
El viento fuerte y vigoroso,
la hoja débil y sencilla.

No será la primera vez en que me sienta una de esas hojas,
débil y sencilla,
asustadiza y tímida,
huidiza de las ramas que intentan sujetarla.

Demasiadas son las veces en que me siento perdida en el tiempo,
sintiendo que ésta época, que éste tiempo no es el que tengo que vivir.
Quizás me equivoqué de tiempo,
quizás ya viví en el pasado y aún no lo tengo claro.
Son muchas las veces en que me siento sola en el sofá,
a observar el paso de las nubes, bajo el cielo que cubre a todos aquellos que caminan a ras del suelo
y que nunca se paran a pensar, que no somos nada .-NADA-.,
absolutamente nada, bajo la fuerza que nos cubre.
Seres insignificantes que nunca acabamos de tener todo lo que queremos
y que siempre acabamos pidiendo más de lo que necesitamos.

El libro que sigue sobre mis piernas, de tapa dura y negra,
no se abre solo aunque con la mirada intente moverlo.
Tengo que ayudarle con mis manos, rozar su lomo,
arañar sus hojas y jugar con sus letras entre las yemas de mis dedos,
para que se abra a mi ojos.

Mi mente vuelve a entrar en mi cuerpo y mi cuerpo acaba realizando los mismos gestos de cada tarde.

Volver a posar la mirada sobre letras negra, que me llevan a un mundo aparte.
Mientras mis piernas siguen cruzadas y reposa mi espalda en un cojín.

Quizás todo sea un sueño idealizado,
pero, me siento sola tantas veces en el silencio de la tarde.


Mysteries.

Tarde de dulces.

Hoy ha sido un día lleno de azúcar, harina Bizcochona,
y ¡un montón de petifur!.

Me he quemado con la bandeja del horno,
he soplado tantas veces como he podido
y al final he conseguido que no quedara marca.
Mis manos no pueden quedar marcadas,
que sería de mí. Ups.









Mysteries.

Punto y aparte.

Tu indiferencia me duele,
me hace daño hasta lo más hondo de mi ser.
Que será lo que te pasa cuándo estás con él,
que hace que te olvides de mí.

Sé que hace tan sólo 2 días que le tienes cerca,
pues en cierto modo y egoistamente,
me alegro que hayais pasado por esa etapa,
en la que la distancia en tan grande,
que sólo queda el modo online para miraros a los ojos.
Es una buena forma, para que me juzgues desde mi mismo punto de vista,
por ya haber pasado por lo mismo que yo,
y saber qué se siente.
Pero bueno, esto es otro tema, del que no quiero hablar ahora.

Que será lo que te dá, aparte de placer corporal,
calor humano por la espalda o traspaso de jugos,
que no te dé yo.
No, sabemos que no es lo mismo, la amistad que el amor.
Yo no trato de hacer creer que es lo mismo,
que yo taparé esos agujeros del corazón.
Pero yo en mi alma tengo un agujero enorme,
cuándo veo que me miras en la distancia de 1/2metro,
y parece que hay 1km, de por medio.

Sé, porque nos conocemos perfectamente,
que sabes que algo me pasa. Tu indiferencia a mí me duele.
Me duele que me mires a la cara y me sonrías mientras le abrazas,
disfruto de tu felicidad,
pero no me enorgullece que me trates de esa forma.

Quizás es que pida demasiado,
que quiera que me trates y que seas conmigo, como has sido siempre.
Pero me puedo dar de buena tinta, cuenta, de que nada volverá a ser lo que fué.
Lo nuestro ha quedado en un punto y aparte,
ya nada es lo mismo que antes, ahora sólo nos queda el recuerdo,
al menos, a mí.
Recordar los buenos momentos, las risas, las comidas, las tardes, las idas y venidas,
los cafés y las meriendas.

Ahora tu vida ha tomado un giro en el que yo, no ocupo lugar.


Mysteries.

El Lobo.

Estos días han sido tan increibles, que quedarme con sólo uno, puede ser, meta totalmente imposible.

Aunque hay un día que me gustaría mantener en el pensamiento,
por muchos, muchos, muchos años.

Aquella noche en que una pequeña caseta, me acogió.

Estaba nerviosa, apenas sabía qué pasaría.
Pero ahí estabas para hacerme sentir bien
y dejarme ver que podía estar tranquila.

Reí, miré, observé, fotografié, cené..., tantas cosas inesperadas,
que acabé encantada durante toda una noche.
Y eso que llevaba con cierto temor.
Pues..., ¿qué Caperucita acaba metiendose en la boca del Lobo?.
Sólo las Caperucitas modernas.


Una noche de Feria'11, para mis recuerdos.


Mysteries.

Vomitada 2.

No logro llegar a comprender los motivos por los que siempre acabas clavandome las uñas en plena cara.
Son como zarpas que se hunden en mi carne,
atravesando cada tejido corporal,
helando la sangre, invadiendo mi interior.
Cada vez que te pienso, sonrío.
Pero es que cada vez que hablo,
cuándo miro,
cuándo me muevo,
quizás hasta cuándo sonrío, tengo la sensación de que también te molesta.

¿Qué motivos tendrás?.

Sé que existe una diferencia de edad, 30 años no parecen nada, pero ahí están.
Sé que tu mentalidad cerrada, es muy díficil de doblegar.
También sé que tu por mí sólo, te dejas guiar cuándo tú quieres.
Tengo clarísimo que te cuesta entender mi forma de pensar,
porque siempre dices que he cambiado,que no soy la misma.
Pero..., ¿Es que realmente cambiar para bien, también es malo?.

Me agotan tus formas: No me dejan acabar de ser como yo soy.
Me aburren tus ideas: Siempre crees "saber" más de mí, que yo misma.
Me saturan tus convicciones: Estás tan segura de que soy como piensas, que no te das cuenta de que soy una mujer, con ideas, deseos y muchos defectos. (pero no tantos como tú dices que tengo)
Me apenan tus creencias: Pues jamás me escuchas cuándo intento ayudarte y siempre acabas haciendo lo que te dá la gana. Para no, acabar ganando.

Si es lo que tú quieres,
quizás sea la última vez,
que me vuelvas a tener cerca.
Yo también sé como echar los cerrojos.



Mysteries.

Feria de Sevilla, Mayo'11.

Noche del miércoles, 4 de Mayo del 2011.

El vuelo sale sobre las 13'30h, pero por culpa del tráfico aereo salimos con 60' de atraso.
Motivos de aviones que nadie se entiende cuándo se está en espera,
pues eran muchos los que estaban buscando las hojas de reclamaciones.

Embarque y sentada.
Volamos sobre las nubes, dejando por debajo de nosotros la tormenta que acecha.
Se oye una voz que acaba haciendose muy pesada,
una "sabelotodo" resulta decir, ser nieta de Nuñez (tienealgoqueverconelbarça),
contaba anécdotas a sus dos amigas, justo a mi espalda.
Sin ton ni son, no tiene límites ni paradas,
no respira.
Y sigue...

El aterrizaje es demasiado forzado para lo que estoy acostumbrada.


Al salir, como siempre ellas a las puertas.
Como me gusta saber que siempre están al otro lado, aish!.
Almuerzo en casa (se está en casa como en ningún sitio, aunque el nido ahora esté en otro lugar),
siesta, para descansar la espalda,
y marchamos para el Real de la Feria.

Nadie se imagina lo que he sentido al atravesar ese puente de las Delicias,
a veces me resulta tan difícil describir lo que siento.
Un nudo en la garganta, ardor en el alma, silencio y miradas húmedas.
Nadie llegará a comprender qué es lo que se siente,
hasta que no se va de su tierra y pasa años sin volver a la Feria de Sevilla.

Qué tendrá esa Feria que todo parece irreal,
que todos estamos con todos.

*Qué tendrá esa Feria, que hace que te escapes de las redes de amistades y vengas al 33.
Sabes que me encantó?, sí que lo sabes. Estoy segura de que mis ojos lo decían.
Gracias por estar ahí, para mí.*

Y mañana, más feria, más jaleo, más rebujito, más baile, más palillos, más claveles rojos.



Mysteries.

Vomitada.

Son tantas las veces que necesito "vomitar" lo que pienso,
que pienso que si lo hiciera de golpe,
me ahogaría con mis propios "vomitos".

Y si dejo correr las lágrimas?,
y si me pierdo a la carrera por las calles?,
y si acabamos con todo ésto de una vez?.

Demasiadas cosas en tan sólo una mente que apenas puede con dos ideas unidas,
en las que entre una y otra, acaban perdídas.
Falta de mente.- dicen-.

A veces me cuesta entender, lo que otras tantas veces ya me ha pasado.
¿Tanto cuesta ofrecer ayuda?.-me pregunto-.
Pues sí,
cuesta y cuesta más que la vivir la misma vida, hoy en día.
Cuesta tanto que apenas entre abro los labios,
una bofetada que se hunde en mi piel,
quebrandola de dolor y humedeciendola de lagrimas.

Es que nadie entiende lo que siento?, nadie se atreve a preguntar porque me trago lo que siento?.

Pues he aquí las respuestas:

Me las trago, porque no puedo hacer nada por evitarlo.
Me las trago, porque me cansé de tantos empujones al exterior.
Me las trago, porque es inevitable ver como te dejas llevar,
por este río que te lleva junto a su fuerza.
Me las trago, porque no tengo mas cojones que callarme y tragarmelas!.

¡¿Es que nadie vé, que sólo quiero ayudar!?.

¡HARTA!.



Mysteries.