Las yemas de mis dedos, están rotas. He dejado de sentir con facilidad, el tacto con mis dedos. Éstos estás como adormecidos. Me pellizco, me muerdo y apenas siento el dolor, que debería.
Quién decidió que mis manos fueran tan sensibles?.
Las palmas de mis manos se están endureciendo, con cada uno de los días que están pasando. He dejado de ser una mujer con las manos tiernas y suaves. Para ser una mujer con unas manos de trabajadora. Que quizás con el tiempo acaben siendo manos encalladas, rasgadas y de piel endurecida.
Las miro y las vuelvo a mirar. Y sigo mirándolas mientras que estoy aquí sentada. Decido utilizar una crema de máxima hidratación, con aloe vera. Resbalando entre ellas, enredo mis dedos, untándome crema hasta las muñecas. Siento un leve dolor en el dedo corazón, me miro y encuentro una grieta, que comienza a sangrarme. Me duele.
Me duele perder el sentido del tacto y el día que tenga que sentir con mis manos, y no con otros sentidos, no poder.
Miss.
0 Tús palabras...:
Publicar un comentario